Esto no son las Torres Gemelas


                          (nos hacen ver la vida de color rosa, cuando en realidad, nada tiene color)


Este libro de María Acaso publicado en 2006 ha despertado en mí una nueva manera de ver el mundo. Sí que aparecen en esta obra aspectos que, en realidad, todos ya sabemos (a pesar de que, como menciona la autora, podamos tender a aceptarlos, e incluso a creérnoslos).

Sin embargo, lo que sí me ha sorprendido ha sido que todos los estereotipos y los miedos que la metanarrativa visual nos enseña están en nuestra sociedad por todas partes (cosa de la que no me había percatado aún).

El miedo a estar gordo, a ser mujer, a ser negro, homosexual… son cuestiones que sí, sabía perfectamente que en nuestra comunidad solían ser rechazadas, pero nunca me imaginé que estos aspectos pudiesen ser vistos desde el enfoque del miedo, lo cual me ha ocasionado bastante pudor, e incluso sensación de agobio, pues pienso que una de las maneras más profundas y terribles de inculcar un pensamiento a cualquier población es mediante el miedo.

Pero, ¿por qué esto es así? La autora afirma que detrás de todo esto están los grandes poderes de los estados y de las empresas; no obstante, dentro de todo este “barullo” del que muchas veces oímos hablar, pero del que apenas conocemos, ¿quiénes son aquellos que dicen: mejor delgado, mejor blanco, mejor rico, mejor heterosexual? ¿en qué se basan?

A lo mejor es un poco “chorrada” lo que estoy intentando explicar, pero no entiendo por qué el canon ahora es así, y me imagino un mundo en el que todo fuese todo al revés, en el que se realizasen operaciones para tener más arrugas, o en el que las tiendas de ropa comenzasen a vender prendas de tallas inmensamente grandes, para infundir lo contrario a lo que se dicta en la actualidad.

Otro punto que me llamó la atención de este libro, quizás por el desprecio creciente que surge en mi interior hacia lo perfecto, es que la autora menciona que solo aquel (entre otros aspectos) que nunca se haya preocupado por su físico, será alguien afortunado que nunca haya estado controlado por los terroristas visuales mostrados.

Dicho de otra manera: realmente todos estamos controlados por la metanarrativa visual, pues me resulta imposible que nadie haya visto, o escuchado, ya sea de manera directa o indirecta, cualquier crítica de su cuerpo.

Pero no vayamos de víctimas, porque aunque estos terroristas sean bastante poderosos, deberíamos ser capaces, al igual que ocurre con cualquier otro acto terrorista, de salir a la calle y no ser influidos por los mensajes que nos destruyen cada día un poco más.

Es difícil, lo sé, porque tenemos miedo. Pero no podemos dejar que nos venzan estos pensamientos, y mucho menos, ponernos en el lugar del maltratador y despreciar a cualquiera que pase a nuestro lado por presentar las características que dijimos en un principio. Y, desgraciadamente, eso es algo que vemos todos los días… incluso en nosotros mismos.
Celia.

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