Actividad 3: "Si fueras Caperucita... ¿cómo te defenderías del lobo?

(la cesta el primer viernes)

(la cesta el segundo viernes)

(yo "haciendo el tonto" con la cesta)
Aquí muestro el proceso de diseño y construcción de este objeto para proteger a Caperucita en su viaje. Tardé mucho en decidir qué podría llevar esta en su cesta, y he de decir que fui por casa de mi abuela recogiendo (pedí prestado, pero sin permiso) todo aquello que me encontraba sin tener siquiera una idea o un boceto de cómo podría ser este objeto.
Al final, tras ver encima de la mesa del comedor todos
materiales que había reunido, como un cartón vacío de leche, tapones, telas…
decidí ponerme a pensar y, de manera sorprendente, como si alguien externo a mí
hubiese leído mis pensamientos y me hubiese querido complacer, pude ver algo en
lo alto de un armario de mi abuela: un espejo pequeño pero precioso, metido en
una especie de broche con adornos que me llamaron bastante la atención. Ahí fue
cuando me hice una pequeña idea de cómo podría defenderse Caperucita del lobo.
Así que llegué aquel viernes a clase, saqué todo lo que
había pensado que me podría servir, y me puse a trabajar… pero no terminé
satisfecha con lo que había hecho.
Había puesto el espejo, sí, pero eso fue lo único que dio
vida a mi trabajo, más que nada porque yo no lo había fabricado. Pero lo demás
sí, y estaba horrible.
Pero al viernes siguiente recibí la ayuda de mis
compañeros, que pegaron todas las telas al cartón de leche; solo a partir de
ahí vi realmente el objeto que había estado incubando.
Si fuésemos muy realistas, pensaríamos que una cesta con un
espejo no serviría de mucho para que una niña que estuviese andando sola por el
bosque pudiese protegerse de un lobo al acecho, pero mi intención no era matar
a un lobo, sino educarle, por increíble que parezca ya que, al contrario de lo
que suele suceder en la vida real, lo bueno de los cuentos de hadas es que
podemos encontrarnos sin esperarlo con un cordero con piel de lobo, pudiendo este
hasta comprender normas morales. ¿No es así?
Así que, ¿por qué
Caperucita va a tener que ponerse a la altura de su posible asesino? Pensé. El
lobo podrá tener más fuerza que cualquier niño, pero lo que este no se espera
es que Caperucita pueda ser mucho más astuta de lo que él imagina. Por ello no
quiero que ella le venza en el bosque en base a su fuerza, sino por su
increíble astucia, siendo para mí la mejor arma que podemos tener en cualquier
momento y lugar.
¿En qué me ayudó este
espejo? A hacer que Caperucita se defendiera del lobo simplemente haciendo lo
que muchas veces ninguno de nosotros nos atrevemos a hacer: ver más allá de
nuestro cuerpo y fijarnos en quién verdaderamente somos.
Así, el lobo se reflejaría
en este espejo y tendría miedo de sí mismo, pero no por su físico, sino por la
verdadera bestia que aullaba en su interior pidiendo que matase a la niña.
Solo así el lobo huiría
de la visión de sí mismo y dejaría que Caperucita continuase con su viaje.
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